La IA como exoesqueleto de la cognición humana
La IA como exoesqueleto de la cognición humana
Realidad, confusión y futuro
En el debate contemporáneo sobre la IA (Inteligencia Artificial), es imprescindible partir de una verdad fundamental e inmutable: la IA no piensa ni razona, y no por límites tecnológicos, sino porque son conceptos ajenos a la discusión científico-física experimental. 1. Andrej Karpathy (Ex-Director de IA en Tesla, miembro fundador de OpenAI) 2. Yann LeCun (Científico Jefe de IA en Meta)
A mí me gusta decir que la IA es un exoesqueleto de la cognición humana, pues es una herramienta externa, diseñada, programada y controlada por personas, para amplificar y extender nuestras propias capacidades cognitivas, resolver nuestras propias dudas internas, y explorar nuestras propias síntesis, con la eventual posibilidad de acceder a casi todos los conocimientos de la historia. Y es que por muy "creativa" que nos pueda parecer, nuestros chats no están ahí en el mundo real "pensando" mientras no les hablamos, sino que sólo responden a nuestros propios requerimientos, y cada respuesta, además del interés corporativo de cada proveedor de IA y los filtros (y sesgos) que refleje su propio pensamiento, también dependerá de cada palabra que decidamos utilizar al preguntar. Esta realidad objetiva, independiente de opiniones o creencias, es el punto de partida necesario para cualquier análisis riguroso.
Agencia versus emergencia: La confusión conceptual
Agencia, en términos biológicos (incluso con límites abstractos), implica voluntad, intencionalidad, conciencia y capacidad para actuar con propósito propio, sólo posible sabiendo que así como nacemos, también debemos morir. Agencia (autonomía), es vida (y muerte).
Por otro lado, la emergencia es un fenómeno donde propiedades complejas surgen (emergen) de interacciones simples. En la IA, se debate si ciertos comportamientos complejos pueden emerger de sistemas computacionales avanzados, yo pienso que sí y es lo que estamos viendo ya en los actuales modelos de IA, pero esto bajo ningún punto abre una discusión sobre la agencia y la verdadera autonomía. No por límites tecnológicos, sino porque ningún artefacto que sea configurado de forma subjetiva, puede ser objetivamente autónomo. Y es que siquiera el concepto inteligencia se relaciona con la capacidad de procesamiento de datos, sino con una compleja red de sistemas y abstracciones que aún no alcanzamos a comprender. El concepto "supercomputador" lo dice de forma lúcida en su propia raíz, es una máquina que computa (calcula), no que sea inteligente. Replicar la inteligencia humana, con todo lo que implica, nacer, sentir, querer y morir, ya es posible hace muchas décadas: se llama clonación (y no, no es una invitación a fabricar cyborgs fuera de la ética médica, eso sí sería una estupidez mayor).
El problema surge porque la industria y los medios mainstream frecuentemente confunden estos conceptos, presentando la emergencia de fenómenos complejos, como evidencia de agencia, autonomía o pensamiento propio. Esta confusión no solo es inexacta, sino que genera expectativas desmedidas y una inminente crisis geopolítica global que voy a explicar en profundidad, desde todas sus aristas, directamente desde las fuentes: Las IAs de los gigantes tecnológicos (esta declaración es una introducción).
Impacto en el equilibrio social y democrático
Esta confusión conceptual tiene consecuencias profundas:
-Pánico moral y desinformación: La percepción errónea de que las máquinas “piensan” ya está generando crisis psíquicas, e incluso demandas políticas basadas en mitos, no en realidades.
-Decisiones políticas erróneas: Legislaciones y políticas públicas pueden formularse sobre la base de malentendidos, afectando regulaciones, inversiones y control social.
-Desigualdad en el acceso y control: La concentración del desarrollo y control de IA en pocas empresas o estados, ya está amplificando desigualdades y un neocolonialismo, y la falta de claridad sobre lo que la IA es realmente, está dificultando la participación democrática informada.
-Desplazamiento de responsabilidades: Atribuir “voluntad” o “decisión” a la IA puede diluir la responsabilidad humana en errores, sesgos o daños causados por sistemas preconfigurados. El discurso "las máquinas se pueden volver contra la humanidad", es la pantalla perfecta para ocultar su verdadero potencial transformador.
Reivindicación de la Verdad para un Futuro Ético
Para restaurar el equilibrio social y democrático es vital:
-Exigir transparencia y rigor en la comunicación sobre la IA, distinguiendo claramente entre capacidad técnica y agencia real.
-Educar a la sociedad para que entienda la IA como un exoesqueleto cognitivo humano, sin mitos ni fantasías.
-Implementar controles democráticos, de carácter global, sin "apadrinamiento" de las potencias, sino, ocupándose de la complicidad de las potencias con el tecno-autoritarismo, transformando el futuro desarrollo y uso de IA, basado en la ciencia y responsabilidades humanas.
Síntesis
La IA es una extensión poderosa y sin precedentes de la cognición humana, y nunca será un ente autónomo o vivo. Reconocer esta realidad es crucial para evitar manipulaciones, mitos y evitar inminentes crisis geopolíticas y sociales, ante la evidente burbuja comercial que está generando la industria con sus monopolios. Solo así podremos aprovechar el poder transformador real de esta nueva tecnología que abre una nueva era de la inteligencia humana, mientras protegemos y fortalecemos nuestros sistemas sociales y democráticos, manteniendo a la humanidad como el único agente consciente y responsable de su destino.
Referencias y complementos:
"Human and artificial cognition"